jueves, 30 de septiembre de 2010

Un Buen Líder


Las personas, los acontecimientos y las enseñanzas de la Biblia son un tesoro de sabiduría y guía para cualquiera que haya sido llamado a ser un líder, Si realizamos una revisión histórica del concepto, descubriremos que desde los tiempos antiguos, el grupo ha elegido a sus líderes entre sus componentes. El elegido ha debido guiar el destino de dicho grupo. El Génesis nos demuestra que los líderes se formaron sobre la base de sus contribuciones al grupo. La arqueología confirma que ellos surgieron para guiar al pueblo hacia la solución de los problemas asociados a factores fundamentales de la existencia. Los restos hallados en Egipto nos revelan que, en tiempos muy primitivos, los hombres trabajaban bajo las órdenes de otros.Es evidente que el liderazgo fue patriarcal en sus comienzos, ya que el jefe de la familia era a la vez juez, general y sacerdote. Al evolucionar el liderazgo, el clan sustituyó a la familia, siendo a su vez reemplazado por la tribu. De esta manera se estableció la jerarquía dirigente.Luego de este recorrido, analicemos la pregunta que suele hacerse normalmente es si el líder ¿se hace o se nace? En la actualidad, la creciente convicción es que los líderes no nacen, sino que se hacen. El liderazgo se desarrolla por medio del crecimiento, y por eso, uno nunca tiene todas las respuestas. Pero sabemos que no solo son necesarios los factores educacionales y programas de formación de líderes, sino que es indispensable contar con ciertas aptitudes como es: iniciativa, conciencia social, imaginación y preocupación compasiva por las necesidades ajenas. Sin embargo, hoy en día, comprendemos que nuestro modo de vida en la Argentina nos enfrentamos no sólo con una amenaza exterior sino también otra de carácter interior. Esta amenaza interna es el producto de nuestra Indiferencia ante la falta de líderes adecuadamente preparados, sino que nos encontramos con dirigentes de la nación, de instituciones y organizaciones no representativos de valores positivos para nuestra sociedad. Si definimos al líder, podemos decir que es, aquel que “por la fuerza de sus ideas, su carácter, su talento, voluntad o habilidad, es capaz de inspirar, incitar, dirigir a los demás, hacia el logro de objetivos. Pero podemos distinguir la existencia de dos tipos de lideres contrapuestos: por un lado, el positivo, que se basa en principios rectores como: responsabilidad de acción, afrontamiento a los problemas y busqueda de soluciones, conocimiento de los objetivos del grupo como así también a sus miembros, estableciendo relaciones significativas con ellos; mientras que el negativo, en contraste, es aquel que divide al grupo o sociedad para reinar, generando un crisis continua e introduciendo elementos tiránicos para mejorar su propia posición, y hasta en algunos casos, es capaz de ofrecer a los miembros de su grupo ciertas recompensas, en retribución de su lealtad.Por lo tanto, podemos distinguir claramente las diferencias entre ambas tipologías de liderazgo.En nuestra sociedad, nuestros líderes deberían ser capaces de realzar los factores que los conviertan en conductores positivos, dentro de la estructura de relaciones interpersonales. De este modo, se fortalecerá nuestra cultura. Si nuestros líderes en cambio, ignoran esta verdad, llegaremos a presenciar el progresivo condicionamiento del espíritu de la sociedad, hacia la aceptación del liderazgo autoritario. O por el contrario, podríamos asumir el desafio en nuestra sociedad actual, de fomentar la formación de líderes inteligentes, responsables en su tarea, con un respeto mutuo y un grado de madurez, que demuestre comprensión, y la importancia de los valores humanos. Como dice, Robert Collier:“Somos creadores y podemos fabricar hoy el mundo en el que viviremos mañana”…No perdamos de vista los factores más importantes que llevan un liderazgo exitoso: el compromiso, una pasión por dejar huellas, una visión por lograr un cambio positivo y el coraje para la acción”

Ideas extraidas del libro: “Técnicas del liderazgo” de J. Kenneth Wishart.


CARACTERISTICAS DEL LIDERAZGO BIBLICO

Los líderes de éxito delegan y muestran aprecio por el trabajo de otros. "Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado; y los bendijo". Éxodo 39:43. Los verdaderos líderes reconocen sus limitaciones. Está en la Biblia, Deuteronomio 1:9, "En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros". Los verdaderos líderes son siervos. Está en la Biblia, Lucas 22:25-26 “… más no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve". Los líderes deben ser ejemplo de labor ardua. Está en la Biblia, Eclesiastés 9:10, "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas

LIDERAZGO BIBLICO Trate a los que están bajo su dirección como usted desearía ser tratado. Está en la Biblia, Lucas 6:31, "Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos". No se desanime. Está en la Biblia, II Crónicas 15:7, "Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra". Un buen líder escucha las instrucciones de Dios. Está en la Biblia, Isaías 30:21, "Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda". Los buenos líderes planean de antemano. Está en la Biblia, Lucas 14:28-30, "Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?

LIDERAZGO BIBLICO Un buen líder busca el consejo de otros. Está en la Biblia, Proverbios 15:22, "Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman". Un buen líder debe ejercitar la paciencia. Está en la Biblia, Proverbios 16:32, "Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad". Un líder sabe someterse a la autoridad: Romanos 13 : 1-2. “ Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad si no de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Un buen líder tiene iniciativa: la iniciativa es según el diccionario, la acción de adelantarse a los demás en actuar u obrar, la iniciativa es ver las necesidades que los demás no ven. David era un hombre con una gran iniciativa, al ser el primero en intentar derrotar al filisteo llamado Goliat, que amedrentaba al pueblo por su estatura y fuerza,

LIDERAZGO BIBLICO Un buen líder tiene sentido de pertenencia: es decir se siente parte del grupo al que dirige y conoce muy bien sus necesidades, Moisés conoce las necesidades del pueblo que le sigue Un buen líder necesita coraje: para poder dirigir un grupo es necesario tener coraje, y esto significa tener valor, para dar ánimo aún cuando las cosas no estén como se desean. Como José, quien enfrentó grandes obstáculos para llegar. Un buen líder sabe reconocer las oportunidades que se le presentan, cuando Jesús llamó a Pedro, para ser su discípulo éste dejó todo y le seguía. Un buen líder debe ser un buen comunicador, expresar sus ideas, intenciones, sentimientos e inquietudes, debe saber vender su visión, En Lucas 5:1, “ Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios”.




LIDERAZGO BIBLICO El buen líder asume las responsabilidades que se le asignen, es una de las cualidades de una persona que lo hacen digno de admiración, tenemos el caso del rey Salomón, quien a su corta edad, y a pesar de su inexperiencia, asume la responsabilidad del reinado, cumpliendo con lo designado por su padre, David, y por Dios, como esta en 1 Reyes 2 y 3 Un líder siempre es humilde, sabe reconocer sus propias limitaciones y debilidades, y sabe actuar de acuerdo a éstas. Un líder debe tener una visión, saber hacia donde se dirige, poder ver mas allá, de lo que realmente esta pasando o podría suceder, es adelantarse a las cosas, es tener una idea clara de hacia donde se dirige el grupo. Josué envía espías a la tierra prometida. El buen líder confía en si mismo, es una persona segura; un líder no puede titubear antes de tomar una decisión, debe estar seguro de lo que esta haciendo. Cuando Dios llama a Gedeón para que librara a su pueblo, en Jueces 6 :12 , Dios le motiva a confiar en si mismo, “ Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente”. Y en el verso 14 le dice “ Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas.

LIDERAZGO BIBLICO Los líderes de éxito delegan, comparten la carga de trabajo. Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez". (Éxodo 18:21)
MOISES : MOISES Liderazgo de intermediación. Moisés decide abandonar su posición preeminente en palacio de Faraón. Su pueblo vivía en la opresión Moisés era TARTAMUDO Moisés se presenta delante del Faraón para pedir la libertad de su pueblo. Moisés liberta al pueblo de Israel llevando consigo todas las riquezas obtenidas en Egipto. Debía educarlos antes de llevarlos a una tierra que fluye leche y miel, Moisés soporta la carga del pueblo por 40 años en el desierto. Moisés ya anciano ve de lejos el cumplimiento de la visión que le fue mostrada El líder no es quien busca el denominador común sino quien no se desvía de la justicia, sin tomar en cuenta las situaciones extremas.


JOSE Liderazgo de autoridad.
José era un soñador, (creía Es un soñador loco, lo arrojaron en la cisterna, lo vendieron como esclavo, lo destruyeron por una mujer, lo metieron en la cárcel. Este mismo muchacho, que a los ojos de la sociedad actual, sería un fracasado, derrotado, ex presidario, sin autoridad moral ni espiritual, ¿qué podría hacer?. Abrirá los graneros para darles de comer a aquellos que lo odiaron y le hicieron mucho daño. Todo lo que hacía lo hizo bien: (sirvió en casa de Potifar, interpretó los sueños del copero, del panadero, de Faraón). Durante la lucha forjó su carácter y se preparó. Se convierte en gobernador de todo Egipto Solamente Faraón era mayor que él.

JOSUE Liderazgo militar Mano derecha de Moisés (era fiel a su Autoridad) Lleva al pueblo de Israel a la tierra prometida. Josué hace los preparativos para la batalla de conquista de la promesa El pueblo le sigue sin titubear. Haremos todo lo que nos has ordenado e iremos donde nos mandes (Josué 1: 8-9) Josué continuaba la misión de su antecesor Moisés Ordena a la luna y al sol que se detengan y ellos le obedecen. Asiste a la caída de los muros de Jericó Durante toda la vida de Josué, el pueblo de Israel había servido al Señor. Así sucedió también durante el tiempo en que estuvieron al frente de Israel los jefes que habían compartido el liderazgo con Josué y que sabían todo lo que el Señor había hecho a favor de su pueblo. (Josue 24:31)

DAVID Era Pastor de ovejas El menor de sus hermanos Odiado y perseguido por el Rey Saúl, de quien era yerno. Formó a sus seguidores en la cueva de Adulam: Todo el que estaba en apuros, todo el que estaba endeudado y todo el que estaba descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos. Y había con él unos cuatrocientos hombres. Años más tarde, ellos fueron conocidos como: Los valientes de David. De sus lomos procede Jesús. Su estrella es el símbolo de Israel hasta hoy Conquistó Jerusalén y la puso por capital de Israel Su labor no solamente fue política, sino religiosa, pues compuso la mayor parte de la himnología del pueblo hebreo. Cometió muchos errores y se sobrepuso a todos ellos.
DAVID VS. SAUL 1. Los dos eran jóvenes cuando fueron usados por Dios.2. Los dos eran hermosos (1 Sam. 9:2; 16:12, 18).3. Los dos provenían de familias de poca estima (1 Sam. 9:21) 4. Los dos se consideraban indignos de ser reyes (1 Sam. 15:17; 18:18, 23). 5. Los dos llegaron a ser reyes de Israel.6. Los dos fueron ungidos con el aceite de la unción por Samuel (1 Sam. 10:1; 16:13).7. Sobre los dos vino el Espíritu Santo con poder (1 Sam.10: 6-7,10; 16:13).8. Los dos tenían alrededor de treinta años cuando comenzaron a reinar (1 Sam.13: 11; 2 Sam. 5:4).9. Los dos reinaron cuarenta años sobre Israel (Hch. 13:21; 2 S. 5: 4-5).10. Los dos tuvieron la oportunidad de que Dios perpetuara su reino (1 Sam. 13:13; 2 Sam.7:11-13). 11. Los dos murieron a la edad de 70 años más o menos.12. Los dos hicieron grandes cosas para Dios.13. Los dos cometieron grandes pecados contra Dios.14. Los dos empezaron bien (1 Sam. 11; 14:47-48; 17)…

DIFERENCIAS Saúl saltó al trono inmediatamente después de haber sido ungido con el Espíritu Santo. David, en cambio, después de ser ungido con el Espíritu de Dios, debió esperar aproximadamente una década para subir al trono. ¿Por qué esta diferencia? Hacer algo en David que le faltó a Saúl: ser preparado por Dios para reinar. El reinado de Saúl fue una clara demostración de esta diferencia. En medio de sus grandes hazañas mostró deficiencias fatales en su carácter. Los reyes conforme al orden de Saúl pueden dividir su vida en sólo dos etapas. Saúl llegó al reino a la edad de 30 años aproximadamente y luego gobernó 40 años más. En David –y en los reyes conforme al orden de David– se distinguen tres etapas. El David pastor de ovejas, el David quebrantado y el David rey (20, 10, y 40 años respectivamente).

SALOMON Liderazgo de trascendencia Salomón era grande en sabiduría y conocimiento. Daba a su pueblo lo que merecía: Pero a los israelitas Salomón no los convirtió en esclavos, sino que le servían como soldados, ministros, comandantes, oficiales de carros de combate y jefes de caballería. 1 reyes 9:22 La reina de Sabá se quedó atónita al ver la sabiduría de Salomón y el palacio que él había construido, los manjares de su mesa, los asientos que ocupaban sus funcionarios, el servicio y la ropa de los camareros, las bebidas, …” Tanto en riquezas como en sabiduría, el rey Salomón sobrepasó a los demás reyes de la tierra.Todo el mundo procuraba visitarlo para oír la sabiduría que Dios le había dado, y año tras año le llevaban regalos: artículos de plata y de oro, vestidos, armas y perfumes, y caballos y mulas.

PABLO Liderazgo a prueba de todo San Pablo además de ser un extraordinario líder, fue un excelente formador de lideres. Esto se revela en la calidad de aprendices como Timoteo y Tito. Timoteo 2:2 "Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga á los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también á otros.“ El gran apóstol de la iglesia gentil, llamado a ser el pionero de las misiones transculturales y compositor de las principales doctrinas de la iglesia y la teología del Nuevo Testamento. Hombre semejante a nosotros (santiago 5:17) Miserable de mí…. ! Romanos 7:24 Convivió permanentemente entre el conflicto y la critica Vivía con un tipo de conjuntivitis permanente No permitió que nada le hiciera dudar de su misión. (criticas de discipulos, hermanos, falsas acusaciones)

EL MAS GRANDE DE TODOS: JESUCRISTO

Jesús demostró como usar el poder en forma redentora. Así lo expresa Richard Exley: "Un poder sin egoísmo, unido a un amor santo. Renunció "voluntariamente a sus derechos divinos con el fin de mostrarnos cómo usar el poder en forma redentora. En la encarnación dejó de lado todas las ventajas de su naturaleza. A lo largo de sus tres años y medio de ministerio el Señor fue conformando paciente y cuidadosamente a sus discípulos para que fueran lideres.


PRINCIPIOS DEL MAS GENUINO DE TODOS LOS LIDERAZGOS
Nunca escribió un libro Nunca enseñó en una institución Nunca viajó más de 150 kilómetros de su lugar de nacimiento Su ministerio público duró solamente tres años y medio. Entrenó a un puñado de seguidores y les dijo que cambiaran el mundo. Pasados veinte siglos y el mundo todavía está cambiando por lo que ellos hicieron después de que él se fue. Sus seguidores iniciales fueron 12. Actualmente suman algunos 1,500 millones con millones más que se suman cada año Jesús enseñaba con el ejemplo Jesús usó las tres Is: Instruyó, Inspiró e Involucró. Jesús formó su equipo y les dio calor humano: Juan se recostaba en su pecho . El Señor siguió firme en su propósito diciendo : Consumado es.

Jesús tenía un plan aplicable Un plan es una lista escrita de acciones ordenadas y fechadas para lograr la meta deseada Nadie formula planes para fracasar, pero muchos fracasan porque no formulan planes. Jesús no quería únicamente llenar la cabeza de sus discípulos de información, sino lograr una transformación en sus vidas. Eso se logra solamente a través de una relación personal entre maestro y discípulo Cada uno de nosotros debemos desarrollar los planes que se pueden aplicar en nuestro contexto JESUS No tuvo sirvientes y le decían Señor No ganó ninguna batalla y conquistó el mundo No tenía grado Universitario y le decían Maestro No recetaba medicamentos pero le llamaban Sanador Nunca comandó un ejército pero era temido No cometió ningún crimen pero lo crucificaron.
Fue enterrado en la tumba, al tercer dia resusita y el Vive hoy por los siglos de los siglos. ¡Me siento Honrrada por servir a este Jefe que me AMA¡

martes, 14 de septiembre de 2010

LA PATRIA




La Patria.

Cómo nos la presentan las páginas de la Biblia..
Hay una palabra que la pronunciamos siempre con orgullo, y es “La Patria”. A la Patria la amamos. Por la Patria trabajamos. A la Patria la defendemos. Por la Patria estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio. Y nos preguntamos ahora: ¿Tiene la Biblia que decirnos algo sobre la Patria? ¡Y tanto que nos dice! En la Palabra de Dios, en el mismo ejemplo de Jesucristo, vemos cómo el amor a la Patria contiene algo de sagrado, y que están justificados todos los sacrificios que la Patria nos exige.¿Cabe en una lección de Biblia el hablar sobre la Patria? Podemos hacer la pregunta de otra manera: ¿Podemos hablar de la Patria a la luz de la Biblia?... Abrimos el libro tan bello de Ester y nos encontramos con unas palabras patéticas de Mardoqueo a su sobrina y ahijada, cuando conoció el decreto real que ordenaba el exterminio de los judíos: “Has llegado a ser reina para este momento preciso. ¡Ora al Señor! ¡Habla al rey en favor nuestro, y líbranos de la muerte!”. ¿Y qué le pedía Mardoqueo a su querida Ester?... ¡Aunque fuera la muerte, si era preciso! Porque la respuesta de Ester había sido también categórica: “Sabes que tengo pena de muerte si me presento al rey sin haber sido llamada, y hace ya treinta días que el rey ni me llama ni sabe nada de mí. ¡Pero me presentaré ante el rey, y, si he de morir, moriré!” (Ester 4,8-16). Un ejemplo como éste nos pone delante sin más el heroísmo que a veces exige la Patria. ¿Está justificado el amor que lleva a semejantes extremos?...
Si queremos hablar de la Patria guiados por la Biblia, empezamos, como es lógico, por el Antiguo Testamento. Y nos encontramos ante todo con Abraham y los Patriarcas, peregrinos en tierra extraña, pero con la promesa de Dios de que esa tierra que habitaban ahora sería la tierra patria de su descendencia. Israel, en Egipto, era extranjero, pero no había muerto el recuerdo de la tierra de sus antepasados. Bajo Moisés, emprende el pueblo la marcha hacia la Tierra Prometida, de la que por fin toma posesión bajo el mando de Josué. Con David, se constituye un reino unido, e Israel goza por fin de una patria en todo el sentido de la palabra.
¡Y qué Historia la de Israel! ¡Qué héroes tan legendarios! ¡Qué amor a su tierra bendita!... Moisés, los Jueces, David, Elías, Jeremías, Ezequiel, Zorobabel, Esdras y Nehemías, los Macabeos… Un salmo precioso del Destierro sintetiza el amor del israelita por su patria: “Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores a divertirlos: „Cántennos un cantar de ó‟¡Cómo cantar un cántico de Sión en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha; que se me apegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en el colmo de mis alegrías” (Salmo 136,1-6)… Después del
Destierro, en la Diáspora, Israel estará disperso entre todas las naciones conocidas, con sus sinagogas en todas las ciudades. Pero los ojos de todos se dirigirán constantemente a Jerusalén, y allí irán de todas partes en peregrinación multitudes de judíos en las grandes festividades anuales de la Pascua, de Pentecostés, de los Tabernáculos… Así fue la patria de Israel en el Antiguo Testamento.
Sin embargo, Israel vive la ilusión de su patria de una manera muy diferente a los demás pueblos. Desde los Patriarcas, sueña en una patria futura que no será como ésa en que le toca vivir de momento. Los israelitas mueren, como nos dice la Sagrada Escritura en un párrafo precioso, “sin haber conseguido el objeto de las promesas, viéndolas y saludándolas desde lejos y confesándose peregrinos y forasteros sobre la tierra. Los que así hablan, claramente dan a entender que van en busca de una patria; pues si pensaban en la que habían abandonado, podían volver a ella. Por el contrario, aspiran a una mejor, a la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios, pues les tenía preparada una ciudad” (Hebreos 11,13-16)
Pasamos al Nuevo Testamento, ¿y con qué nos encontramos? Israel ha cumplido con su excelsa misión de traer al Mesías prometido, al Salvador de todos. Y Jesucristo, hijo de Israel, ¿amará a su patria como los demás conciudadanos suyos? No lo podemos dudar un instante, aunque Jesucristo, precisamente Él, será la causa de un cambio radical en la historia de Israel como patria de todo un pueblo. Jesús podía soñar, como cualquier ciudadano honesto, en que sería bien recibido por los suyos. Sin embargo, “vino a los suyos, y los suyos no le recibieron” (Juan 1,11). ¿Algunos casos del Evangelio?...
En Nazaret, su patria chica, recibe el primer desprecio: “¿De dónde le viene eso, esa sabiduría, y esos milagros? ¿No es éste el carpintero? Y se escandalizaban a causa de él” (Marcos 6,2-3)
En Galilea, a raíz del discurso en la sinagoga de Cafarnaúm, desciende tanto su popularidad, que le abandonan hasta muchos discípulos, y se queja dolorido a los Doce: “¿También ustedes me quieren dejar?” (Juan 6,67)
Visita varias veces Jerusalén, y al fin, “al acercarse a la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: ¡Si conocieras en este día el mensaje de mi paz!” (Lucas 19,41), y continuó con un lamento estremecedor: “¡Jerusalén, Jerusalén, la que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no has querido! Pues bien, su casa se va a quedar desierta” (Mateo 23,37-38), “porque tus enemigos no dejarán en ti piedra sobre piedra, por no haber conocido el tiempo de tu visita” (Lucas 19,43-44)
Jesús había sido rechazado en y con su patria. Aunque pronunció unas palabras que son la mayor esperanza de ese pueblo incomparable: “Les digo que no me volverán a ver hasta que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!” (Mateo 23,39), porque Israel, conforme a su elección, un día reconocerá en Jesús al Cristo, “ya que todo Israel será salvo…, pues los dones y la vocación de Dios son irrevocables” (Romanos 11,26 y 29)Hasta aquí, sólo hemos visto historia: lo que era la patria para Israel, lo que fue para Jesús. Debemos hacernos ahora a algunas reflexiones.
Y en primer lugar, dentro de los planes de Dios, la Iglesia, “el nuevo Israel de Dios” (Gálatas 6,16), ¿cuenta con una patria, con una tierra propia? No. Todo al revés. Su patria es el mundo entero, conforme al encargo de Jesús: “Vayan, y prediquen a todas las gentes, enseñándoles a guardar todo lo que yo les he enseñado”. Y añade Jesús, como ciudadano del mundo entero: “Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de los siglos” (Mateo 28,19-20). Los cristianos, por lo mismo, “no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos en busca de una futura” (Hebreos 13,14), “la Jerusalén de allá arriba, de la que somos hijos libres” (Gálatas 4, 25-26), “porque tenemos la ciudadanía del cielo, de donde vendrá a buscarnos como Salvador el Señor Jesucristo ” (Filipenses 3,20)
El que los cristianos esperemos una Patria futura y definitiva, ¿nos libra de tener y amar aquí una patria terrena y temporal? No; todo lo contrario. Precisamente aprendiendo de la Biblia, nosotros somos los ciudadanos más comprometidos con la patria. Como Jesús, para dar ejemplo, cumplimos los deberes ciudadanos y religiosos con más escrupulosidad que nadie, como hiciera, aunque se siente libre como Hijo de Dios, con el encargo a Pedro: “Vete, y con la moneda que saques al pez, paga el impuesto por mí y por ti” (Mateo 17,27)
El apostol San Pablo, consciente de los deberes ciudadanos que competen a los cristianos como a los demás, establece tres normas inmutables. Primera, reconocer que la autoridad civil legítima viene de Dios: “Sométanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios. Por lo tanto, hay que sometérseles no sólo por miedo al castigo, sino en conciencia”. Saca entonces la segunda consecuencia: “Por eso precisamente pagan los impuestos, porque son funcionarios de Dios, ocupados en ese oficio”. Y añade la tercera, que lo compendia todo: “Den a cada cual lo que se le debe: impuestos, tributo, respeto, honor” (Romanos 13, 1-7). Esto vale para todo régimen político que se base en el Estado de derecho. Entonces, “la soberanía es prerrogativa de la ley, no de la voluntad arbitraria de los hombres. Las leyes injustas y las medidas contrarias al orden moral no obligan en conciencia” (Compendio CIC, 406)
¡La Patria! ¡Qué bella aparece en la Biblia! ¡Qué ejemplos de heroísmo nos presenta para nuestra imitación! ¡Y cómo la vida ciudadana y religiosa de la sociedad hace soñar en la Patria que nos espera después, y en la que viviremos tan felices