lunes, 21 de marzo de 2011

FELIZ PRIMAVERA Y SIGAMOS ORANDO POR JAPÒN




la primavera.


Constituye la etapa de transición entre el invierno y el verano, y para todos, implica un resurgimiento de los colores y de los aromas dormidos, y por supuesto, de las hormonas corporales entumecidas por el frío del invierno. Es por todos conocidos el refrán castellano que dice: "la primavera, la sangre altera", refiriéndose a lo que tod@s ya sabemos o bien suponemos.La primavera se erige como el período renacentista de la naturaleza y junto con el verano, formarían los bloques estacionales más alegres, luminosos, coloristas, aromáticos, ... del año.Todo renace en primavera, todo, incluso el alma. Es cuestión de creer en nuestro propio renacimiento interior, en el progreso de nuestra alma, en el avance de nuestras potencialidades, en el resurgir de pasiones vigorizantes y fortalecedoras.

Celebremos con entusiasmo el renacer, el rebrote, el resurgir de un alma que con su cuerpo había caído y que consigue volver a estar luminosa, colorista, aromática.



QUERIDOS HERMANOS

Es momento de solidarizarnos y unir nuestras oraciones a traves delmundo entero por nuestros hermanos de Japon que estan sufriendo mucho a causa de ese desastre natural ocurrido el dia de ayer. Por favor, tomemos un momento de nuestras tantas ocupaciones y hagamos el esfuerzo de ofrecerle al Señor un sacrificio, o algo que realmente nos cueste para que tenga mas valor; y una plegaria para aliviar un poco el sufrimiento especialmente de los que fueron mas afectados por el desastre. *UNIDOS EN ORACION OPOR NUESTROS HERMANOS DE JAPON*

3 comentarios:

  1. Wolap=)
    Primera vez que paso por tu blog, espero estès bien, soy de mèxico, y pues ya t sigo.
    Lindo blog, te espero por mi blog, pues hay una informaciòn muy interesante acerca de èstos tiempos.
    Que Dios te bendiga mucho y a tu familia.
    Vavai.

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  2. Thanks for the article, very nice blog.
    Greeting from Aceh.

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  3. Querido Dios difíciles son tus designios danos la comprensión para entender el por qué de tanto dolor en el mundo. Nunca nos traerás dolor que no sepamos soportar, me lo hiciste ver a mí; y a muchos otros. Hoy nuestros hermanos sufren en tierras lejanas, oremos por ellos.
    Amén.

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