lunes, 4 de mayo de 2009

La Importancia de la Oración




El apóstol Pablo enfatizó a los cristianos del primer siglo la importancia de la oración. Escribió: "Manténganse constantes en la oración, siempre alerta y dando gracias a Dios. Oren también por nosotros, a fin de que el Señor nos abra las puertas para predicar el mensaje y anunciar el designio secreto de Cristo, pues por eso estoy preso. Oren para que yo lo dé a conocer tan claramente como debo hacerlo." Colosenses 4:2-4




Las Escrituras dice: que Dios a todo lo que quiere lo inclina "amén". Nunca debemos dar este crédito (o gracia) a los hombres. Nuestro foco de gloria debe ser Jesucristo, quien ora al Padre en nuestro lugar. Cristo es quien intercede por nosotros y Dios el Padre quien hace que el no creyente le conceda según la mano benefíca, de nuestro Señor sobre nosotros. Jesucristo dijo a sus discípulos:

Juan 14:13-14 " Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré."

¿Esta usted atribulado puesto que se siente afligido por familiares, amigos, compañeros de trabajo o de estudio quienes son o no son creyentes? ¿Esta usted angustiado o afligido por su futuro? Santiago (el hermano de Jesús) nos motiva a orar:

Santiago 5:13 " ¿Está alguno entre nosotros afligido? Haga oración”

Recuerde siempre de que el Señor esta a nuestro lado y que El también es el Señor del mundo no creyente. Porque no le pide a Dios como lo hizo el profeta Nehemías. La Palabra de Dios nos asegura que así usted experimentara la protección de Su mano benefíca, haciéndole conceder sus peticiones en personas incrédulas de acuerdo a Su voluntad. Gloria a Dios, las Escrituras nos invitan a confiar en las promesas del Señor con la fe certera del rey David y la oración eficaz de Santiago siervo de nuestro Señor Jesucristo:

"Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, Y el derecho de los necesitados” Salmo 140:12

"La oración eficaz del justo puede mucho" Santiago 5:16

Galatas 6:9 No nos cansemos de hacer el bien, porque la cosecha llegará a su tiempo si no desfallecemos.

«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.» Apocalipsis 3:19

¡ Confíemos en sus promesas !

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