sábado, 30 de mayo de 2009

EL ESPÍRITU SANTO ES EL AMOR DIVINO DE DIOS



Nadie puede decir «Jesús es el Señor» si no es movido por el Espíritu Santo. Esta afirmación tan drástica pero tan real de el apostol Pablo nos hace comprender que la fe es un edificio que comienza con el Espíritu de Dios, que lo mantiene el mismo Espíritu y que su término será el encuentro definitivo con el Espíritu del Amor de Dios. En definitiva, que toda nuestra vida cristiana transcurre por el cauce del Amor, pues esto es lo que Cristo vino a entregar a los hombres por medio de su Pasión, Muerte y Resurrección: que el hombre fuera capaz de amar no con un simple amor humano, sino con el mismo amor divino.
Por eso la fiesta de Pentecostés es un acontecimiento fundamental en la vida de la Iglesia y del cristiano. No basta con conocer intelectualmente todo lo que Dios es y ha hecho; es necesario experimentarlo en nuestro corazón, es necesario encontrarnos cara a cara con un Dios que es Amor y dejar actuar a ese Dios dentro de nosotros.
Pentecostés supone la llegada definitiva del Espíritu Santo a los discípulos de Jesús para hacerlos capaces de contar a todo el mundo, en diferentes lenguas, las maravillas de Dios. Por eso esta fiesta sigue siendo tan actual y necesaria, pues el mundo necesita escuchar las maravillas que Dios nos ha entregado con Cristo y eso es algo que sólo puede suceder a través del testimonio y el ejemplo de los cristianos que se dejan «llenar» cada día por el Espíritu Santo, que lo invocan y le piden fortaleza y confianza, pues se saben instrumentos del Amor de Dios en la tierra.

1 comentario:

  1. el santo espiritu cambio mi vida con su poder de amor me tcoo y hoy e nacido de nuevo gracias santo espiritu

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