LOS DOS DEUDORES
Por esto, el reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos.
Y cuando él comenzó a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía diez mil talentos.
Puesto que él no podía pagar, su señor mandó venderlo a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, y que se le pagara.
Entonces el siervo cayó y se postró delante de él diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.”
El señor de aquel siervo, movido a compasión, le soltó y le perdonó la deuda.
Pero al salir, aquel siervo halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y asiéndose de él, le ahogaba diciendo: “Paga lo que debes.”
Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo: “¡Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré.”
Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que le pagara lo que le debía.
Así que, cuando sus consiervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho; y fueron y declararon a su señor todo lo que había sucedido.
Entonces su señor le llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como también yo tuve misericordia de ti?”
Y su señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que le pagara todo lo que le debía.
Así también hará con nosotros mi Padre celestial, si no perdonan de corazón
Por esto, el reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos.
Y cuando él comenzó a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía diez mil talentos.
Puesto que él no podía pagar, su señor mandó venderlo a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, y que se le pagara.
Entonces el siervo cayó y se postró delante de él diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.”
El señor de aquel siervo, movido a compasión, le soltó y le perdonó la deuda.
Pero al salir, aquel siervo halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y asiéndose de él, le ahogaba diciendo: “Paga lo que debes.”
Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo: “¡Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré.”
Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que le pagara lo que le debía.
Así que, cuando sus consiervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho; y fueron y declararon a su señor todo lo que había sucedido.
Entonces su señor le llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como también yo tuve misericordia de ti?”
Y su señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que le pagara todo lo que le debía.
Así también hará con nosotros mi Padre celestial, si no perdonan de corazón
cada uno a su hermano.
Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > Los dos deudores (40:18:23 - 40:18:35)
Me ha gustado lo has escrito. Un saludo.
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