martes, 29 de septiembre de 2009

LA PARABOLA DE LOS DEUDORES


LOS DOS DEUDORES

Por esto, el reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos.
Y cuando él comenzó a hacer cuentas, le fue traído uno que le debía diez mil
talentos.
Puesto que él no podía pagar, su señor mandó venderlo a él, junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, y que se le pagara.
Entonces el siervo cayó y se postró delante de él diciendo: “Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.”
El señor de aquel siervo, movido a compasión, le soltó y le perdonó la deuda.
Pero al salir, aquel siervo halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y asiéndose de él, le ahogaba diciendo: “Paga lo que debes.”
Entonces su consiervo, cayendo, le rogaba diciendo: “¡Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré.”
Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que le pagara lo que le debía.
Así que, cuando sus consiervos vieron lo que había sucedido, se entristecieron mucho; y fueron y declararon a su señor todo lo que había sucedido.
Entonces su señor le llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como también yo tuve misericordia de ti?”
Y su señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que le pagara todo lo que le debía.
Así también hará con nosotros mi Padre celestial, si no perdonan de corazón
cada uno a su hermano.


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